lunes, 17 de diciembre de 2012

La teoría dramatúrgia de Goffman: la analogía del teatro con la vida cotidiana

Una teoría que ayuda a comprender nuestra identidad múltiple en relación con los distintos roles que desempeñamos en cada ámbito de la vida: laboral, familiar, de pareja, etc.


En el sentido de la identidad múltiple es pertinente comentar la teoría dramatúrgia de Goffman porque ésta resalta que las persones desempeñamos roles en la vida cotidiana (somos estudiantes, catalanes, hijos, no fumadores, etc.) que a su vez conforman nuestra identidad, por la interiorización de nuestros roles. Estructura social y rol son concepciones que están estrechamente ligadas. El concepto de rol proviene del mundo del teatro, está relacionado con el arte dramático y tiene que ver con la idea básica de que las personas representan diferentes papeles, roles, en relación con la estructura social en la que están insertas.

El rol es un modelo organizado de comportamientos que se desprende de la posición determinada que ocupa la persona dentro de un conjunto interaccional.

En relación con el concepto de rol, está el concepto de estatus, que se refiere sobre todo a la valoración, el prestigio o al significado que la sociedad da a un determinado rol. Así, el rol de médico o enfermero , además de implicar comportamientos y actitudes diferentes, implican también una valoración y un prestigio diferentes y desiguales.

Así pues, la experiencia de la identidad, el sentido de nuestro yo, puede ser el resultado de la construcción de la estructura social en la que estamos insertados y los roles representados por los interlocutores que tenemos cerca, según los diferentes contextos . Puede ser algo ajeno a uno mismo, en el sentido de que puede ser el efecto de los roles que los interlocutores tienen en relación con nosotros, y del significado que estos atribuyen a los contextos en los que nos encontramos.

Cualquier actividad que haga una persona tiene algún tipo de influencia en el comportamiento de aquellos que están al borde; Goffman llama este tipo de interacción actuación de un rol. El simple hecho de hablar, por ejemplo, necesita la presencia de alguien que te escuche (o que lo haga ver), es decir, genera en el otro
la acción de estar atento.

Durante una actuación pueden desarrollarse rutinas o pautas preestablecidas de acción que pueden ser presentadas o representadas múltiples veces. Las órdenes, por ejemplo, siempre desde el padre hacia el hijo o la hija, y difícilmente encontraremos que circulen en el sentido inverso. Es en este sentido que Goffman conecta la actuación de las personas con la idea de rol: una persona que desarrolla la misma rutina ante un mismo público en diferentes oportunidades, probablemente desarrollará una relación estandarizada con este público.

El establishment

En este sentido, muchas de las actuaciones que hacemos o que observamos tienen lugar en el que E. Goffman califica de establishments. El establishment hace referencia a un lugar cerrado, con barreras para la percepción, donde se desarrolla regularmente un tipo determinado de actividad. Implica un escenario en el que se gestionan impresiones durante la interacción.

Las dos regiones del establishment:

-El fondo o la región invisible para el público: se utiliza para preparar la actuación de una rutina (rol).

-El frente o la región visible para el público: que puede llamarse fachada, y que podemos considerar como símil de imagen. Tiene la función de ofrecer esta actuación al público. La cara visible de la actuación o fachada está configurada por diferentes elementos, los cuales se espera que sean congruentes entre sí:

a) la dimensión física que impone el escenario de la acción (el aula es un escenario específico, con una mesa, varias sillas, una pizarra, etc.);

b) la dimensión personal, que determina la apariencia de los actores (edad, sexo, gestos, etc., un profesor de universidad difícilmente tendrá menos de 20 años, por ejemplo). Esta dimensión personal a la vez está configurada por:

• la apariencia o conjunto de estímulos que nos informan sobre el estatus del actor, por ejemplo, la actitud inquisidora en el caso de un profesor autoritario;

• los comportamientos que nos informan sobre el rol que la persona tiene, que es, en nuestro ejemplo, la acción de proporcionar contenidos teóricos de forma comprensible.

La dimensión pública del comportamiento o fachada tiende a institucionalizarse en función de las expectativas del público ya adquirir un significado y una estabilidad que son independientes de las tareas específicas que los actores lleven a cabo, lo que quiere decir que se convierte en una representación colectiva y en un hecho en sí mismo, que puede ser independiente de lo que realmente ocurre.

La performance y el programa prefijado

Cada sujeto, al interactuar en un establishment determinado y en una situación concreta, lleva a cabo una representación-performance-que está sujeta a un programa prefijado-rutina-(si hay varios habrá que escoger) y que está marcado por unos roles . Por medio de este proceso, la actuación de cada persona se combina con las actuaciones de las otras para formar un equipo y cooperar entre sí para la definición de la situación (una clase, una conversación, un examen, una consulta , etc.) y para la representación de una rutina. Sus integrantes tienden a relacionarse entre sí a través de vínculos de dependencia recíproca (cada uno debe confiar en la conducta correcta de los demás) y de familiaridad recíproca (son cómplices en el mantenimiento de una apariencia determinada), deben compartir y guardar secretos que podrían hacer tambalear la representación y su significado.

Así, si hay roles o hechos que alteran la actuación y repercuten en la autoimagen, en la interacción-definición de la situación-o en la estructura social-establishment, etc. - Los actores y el público procuran, con diferentes técnicas, salvaguardar la representación.

Qué ocurre cuando una performance pasa de la región no visible a la visible:

Si por la razón que sea, la conducta propia de la región no visible deviene visible, podemos encontrarnos con lo que se llama una situación embarazosa. Esta situación es provocada por la aparición de un comportamiento inesperado, que va en contra de las expectativas y que, inequívocamente, tiene la fuerza para cuestionar las asunciones que se tenían sobre la identidad y el rol de, como mínimo, uno de los participantes en la interacción. Es el caso, por ejemplo, de una profesora que consideramos muy buena, pero de la que descubrimos que hace unas clases que no son otra cosa que la copia literal de un determinado manual.

El público, así, sólo tiene acceso a una parte de la actuación, la que se corresponde con la fachada o región visible, en la que se le pide que mantenga las maneras y la integridad del rol. Además, en la fachada se actuará de una manera fija para definir y dar un sentido único y comprensible a la situación.